Rubén Baraja compareció en el día de ayer en una rueda de prensa marcada por un emotivo mensaje de ánimo a los afectados al comienzo de la misma. El fútbol quedó en segundo plano en el momento que el técnico expresó sus condolencias: «Me gustaría, antes de empezar, mandar mis condolencias y apoyo a todas las familias afectadas en esta catástrofe. A todos los damnificados. Nosotros también por amigos lo hemos sufrido, estamos destrozados. Todo mi apoyo y ánimo».
El ‘Pipo’ más humano se abrió y explicó cómo ha vivido la tragedia como ciudadano de València y la inesperada magnitud de la catástrofe. «Ha sido tremendo. Inesperado, nadie pensaba que esto podía llevar al drama que ha sido después. Hay que tratar de ayudar en lo que podamos. A veces al amigo le hace falta algo, pues llevárselo, estar pendiente de cosas. Nuestro granito de arena es tratar de ayudar y agradecer», comentó
También aprovechó para destacar la gran labor de los jóvenes en el voluntariado y los rumores que envolvían a estas nuevas generaciones, a las que algunos calificaban como ‘generación de cristal’. «También a los jóvenes, a veces se les pone en duda y han dado un paso al frente. Riadas de gente para ayudar, sacar una sonrisa».
Baraja dejó fuera de la sala al entrenador e hizo hincapié en lo que de verdad importa tras la gravedad de lo sucedido y anteponiendo al valencianismo y su dolor al partido. «Que se genere el clima que represente el dolor y tratar de llevar al partido la emoción que merece para que sientan que estamos con ellos. Lo más importante es transmitir el dolor por la tragedia», dijo. Respecto a los tres puntos, el técnico deseó poder «aportar nuestro granito de arena y ganar para darles una alegría, en un partido especial y diferente».
Sobre la posibilidad de que la carga emocional vivida sobre el césped de Mestalla pese en la mente de los jugadores, Baraja ha advertido de que «tenemos que gestionar las emociones. La emoción te va a invadir, va a haber cosas que nos van a emocionar. Cuándo empiece el partido, tenemos que trasladarlo al campo. Tenemos que saber gestionarlo para encontrar esos dos momentos». El vallisoletano se ha reiterado en la idea de que lo que realmente «le preocupa es generar el ambiente necesario», pero también en «llevar esa emoción a la energía que vas a necesitar. Además, el Betis es un gran equipo. Sentimos una gran responsabilidad. Vivir con emoción y dedicarle la victoria a los que están sufriendo».
Hay quiénes piensan que este parón ha podido sentar bien para despejar las cabezas de los jugadores, por eso de desviar el foco y descansar del círculo mediático para poder trabajar más tranquilos. Sin embargo, el míster es consciente del momento que atraviesa el club y la exigencia de un histórico como el Valencia, mostrándose comprensible y empatizando con una afición al borde en lo deportivo, pero también con la nefasta gestión de propietario y dirección de la entidad.
«La presión que tenemos en un club así, hay que entender que la afición te exija, esté enfadada», expresó. «Espero una respuesta del equipo. Volver a ganar, cambiar la dinámica. Por lo que significaría para la sociedad, los aficionados. No me gustan los imputs negativos. Pienso que podemos cambiar eso. Estamos en un club muy importante y la presión es la que es», zanjó en lo estrictamente futbolístico.