A pesar de que las sensaciones ante el Atlético de Madrid no fueron tan negativas en cuanto a juego, la realidad es que los de Flick sufrieron una nueva derrota.
La racha actual de los azulgrana es muy dura. En los últimos siete partidos en la competición liguera, solo han logrado una victoria y dos empates. Cinco puntos de 21 posibles que lo separan del liderato y que dejan en nada los grandes números del inicio de campeonato.
Según los datos de Opta, las tres derrotas consecutivas en casa suponen la peor racha del equipo igualando otras dos que sucedieron en 1965 y 1987. No solo eso, sino que además ha encajado gol en cada uno de sus últimos ocho partidos en Liga, su peor racha desde septiembre y noviembre del año 2018, cuando recibieron gol en 11 partidos consecutivos.
Cinco derrotas
En total ya son cinco las derrotas que acumula el equipo en la competición doméstica, la mayoría de ellas en este último mes y medio. Antes, solo habían caído en Pamplona, en el encuentro ante Osasuna (4-1), pero en apenas 40 días también han caído ante la Real Sociedad (1-0), ante la UD Las Palmas (1-2), ante el Leganés (0-1) y ante el Atlético de Madrid (1-2). Cinco derrotas que han de ponerse en perspectiva. Si lo comparamos con la pasada temporada, con Xavi a la cabeza, el Barça ya tiene las mismas derrotas en 19 partidos que las que acumuló la pasada campaña a lo largo de las 38 jornadas ligueras.
Un año antes, en la temporada 22/23 en la que terminó llevándose el título de Liga, perdió en 6 ocasiones, solo una más que las que ya lleva acumuladas. Las cinco derrotas del curso pasado fueron dos ante el Madrid (1-2 y 3-2), dos ante el Girona (2-4 y 4-2) y una ante el Villarreal (3-5).
La gran diferencia, por el momento, entre el Barça de Xavi del pasado curso y el de Flick (siempre hablando de resultados y datos fríos) se encuentra en los empates. En la presente temporada únicamente han terminado en igualada dos encuentros, mientras que el año pasado fueron un total de siete.
Esa facilidad para que el resultado salga cara o cruz y sea casi siempre victoria o derrota podría explicarse en el estilo de juego implantado por Hansi Flick en este curso, buscando siempre la portería rival y tomando muchos riesgos.
El partido ante el Atlético fue un gran ejemplo de ello. El Barça buscó ampliar su ventaja cuando iba por delante en el marcador y se lanzó en tromba a por el gol de la victoria tras el empate del argentino Rodrigo De Paul.
Al final, con el riesgo de buscar el gol y plantar todo el equipo en campo rival terminó llegando el tanto de la victoria de los rojiblancos con un contraataque en el último suspiro. El principal problema del Barça no fue el exceso de valentía, sino más bien no traducir sus grandes ocasiones en goles que decantaran el marcador a su favor. El equipo ya no arrolla con la misma contundencia que hace unos meses.