Duelo por todo lo alto en lo alto de la montaña de Montjuïc. El Estadi acogía el enfrentamiento entre los dos colíderes de la Liga, Atlético de Madrid y el FC Barcelona. Empatados a 38 puntos, el que se impusiera acababa 2024 en la cúspide de la tabla. En caso de empatar, servían en bandeja ese privilegio a un Real Madrid con un ojo puesto en lo que sucedía este sábado en Barcelona.
Un Atlético que llegaba lanzado tras acumular 11 victorias seguidas. Todo lo contrario de un Barça instalado en la irregularidad. Ganó en el feudo del vigente subcampeón de Europa, pero es que acumula dos derrotas en casa ante UD Las Palmas y Leganés. Y por eso el conjunto de Flick (que verá desde una cabina el encuentro por segunda jornada seguida) necesitaba lavar su imagen y terminar el año con buenas sensaciones.
Flick apostaba por rotar a Dani Olmo y dar entrada a Gavi, que se coloca de mediapunta. Fermín entraba por Lamine en uno de los extremos.
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